Cuando la larga vida del acero llegue a su fin, tanto el zinc como el acero podrán reciclarse sin perder sus propiedades.
Gran durabilidad y robustez.
El consumo de recursos se reduce debido a la ausencia de mantenimiento.
Robusto y fácilmente desmontable para su reutilización en múltiples ciclos de vida.
El galvanizado permanece con el acero y no se requieren nuevos recubrimientos en los nuevos usos.
Es posible re galvanizar y volver a utilizarlo, evitando así la producción de un nuevo acero.